Círculo de Estudios Cusanos de Buenos Aires

Desde 1999 dedicados al Estudio de Nicolás de Cusa en Argentina

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Nicolás de Cusa

Nicolás de Cusa (Nicolaus Cusanus) fue uno de los filósofos más importantes del siglo XV. Perteneció, junto a los primeros humanistas alemanes, al período histórico de transición entre la Baja Edad Media y la Modernidad Temprana. Se caracteriza por poseer una carrera multifacética: fue sacerdote, vicario general, obispo y cardenal. En el ámbito de su carrera eclesiástica se destacó como doctor en derecho canónico. Fue consejero papal de Pío II. Fue filósofo, teólogo, matemático, y también un conocedor de la astronomía, la medicina, la física, la geografía, la historia y la filosofía antigua, como lo demuestra la vasta colección de manuscritos e incunables que poseía en su biblioteca privada. Se interesó por comprender la crisis política y jurídica de su tiempo[1] y tomó parte en ella activamente, dedicando gran parte de su vida a la actividad diplomática, en concordancia con una intensa actividad especulativa plasmada en sus escritos filosóficos.

Nicolás nació en 1401 en la aldea de Kues, a orillas del río Mosella (hoy Bernkastel-Kues). No se conoce ni el día ni el mes. Su padre, Johann („Henne“) Cryfftz, era barquero y fue un comerciante pudiente que pertenecía a una familia importante de Trier. Su madre se llamaba Catharina Roemer. Tuvo dos hermanas y un hermano: Klara, Margherita y Johannes. Si bien su apellido es Cryfftz (Krebs, latinizado Cancer), prefirió llamarse, a partir de 1430, Nikolaus von Kues (Nicolás de Cusa) o Nicolaus Treverensis (Nicolas de Trier). También se lo conoce como “Cusano” a partir de su relación con el humanista Eneas Silvio Piccolomini. Murió el 11 de agosto de 1464 en Todi. Mientras su tumba se encuentra en la basílica de San Pietro in Vincoli, su corazón reposa, por expreso pedido suyo, en la capilla del Hospicio que fundara en 1958 en su ciudad natal.

Casa natal de Nicolas de Cusa

Una tradición legendaria cuenta que el joven Nicolás fue confiado por su protector, el conde Ulrich von Manderscheid, a los Hermanos de la Vida Común de Deventer, comunidad que fundó Gerard Grötte, pero no hay registro de ello. Se sabe con certeza, en cambio, que en 1416, a los quince años de edad, se matriculó en la Facultad de Artes de la Universidad de Heidelberg. En este célebre centro del saber nominalista – cuyo primer rector fue Marsilio de Inghen, reconocido discípulo de Ockham y representante de la llamada via nova – Nicolás estudia las artes liberales: gramática, retórica y lógica; aritmética, geometría, astronomía y música. Se vincula allí con estudiantes y profesores partidarios de la facción conciliarista, demostrando su temprano interés político.

Una vez bachiller en artes, Nicolás inició en 1417 el estudio del derecho civil y eclesiástico en la celebérrima Universidad de Padua. Culminó sus estudios en 1423 y se graduó como doctor decretorum. En Padua, Nicolás toma contacto con la obra de Gerson y Juan de París a través de Francisco Zabarella. También inicia allí su amistad con el teólogo y canonista Giuliano Cesarini (1398-1444), a quien el Cusano dedicará sus obras De docta ignorantia y De coniecturis. En aquel tiempo Padua era no sólo un centro de reconocida competencia en el plano jurídico sino que mostraba también la plena efervescencia provocada por el creciente interés en las matemáticas, la astronomía y la medicina, a las que se añadían las humanidades clásicas representadas por la poética y la retórica latinas. El Cusano tuvo entonces la oportunidad de vincularse con médico Ugo Benzi de Siena, al matemático, astrónomo y cosmógrafo Paolo dal Pozzo Toscanelli, al físico y matemático Prosdocimo de Beldomandi y al humanista Vittorino da Feltre, con quien compartirá lecturas de Cicerón, Lactancia y Agustín.  La obra cusana tendrá una clara huella de todos estos movimientos y dará con ello a su pensamiento una particular profundidad y riqueza en plena sintonía con su tiempo.

Al regresar a su tierra natal, Nicolás comenzó en 1425 su actividad como docente de derecho en la Facultad de Teología de la Universidad de Colonia. Al mismo tiempo inició sus estudios de filosofía y de teología y se introdujo en el conocimiento del Pseudo Dionisio Areopagita y de Raimundo Lullo, como también de san Agustín y, sobre todo, de Alberto Magno, cuyas doctrinas recuperaban en esos tiempos especial vigencia. Tuvo por maestro y amigo a Heimerico del Campo, un representante de la via antiqua, que había participado en las disputas universitarias entre tomistas y albertistas y que puso a Nicolás en contacto con los filósofos sucesores de Alberto Magno: Ulrich von Strasbourg, Dietrich von Freiberg, Meister Eckhart, Bertoldo de Mosburgo, Juan de Nova Domo. Será esta escuela albertina, portadora del neoplatonismo medieval, la que subyace en sus escritos y que madurará, más tarde, en el contacto directo con los textos de Proclo.

El Cusano comparte con los humanistas italianos de su tiempo la preocupación por la autencidad de documentos determinantes para la historia de Occidente. En Colonia, Nicolás descubre una gran cantidad de manuscritos de fuentes clásicas: doce comedias de Plauto; un códice con De republica, De legibus y el fragmentario De fato de Cicerón; la obra completa de Aulo Gelio, varios textos de Cipriano y Tertuliano, la Historia natural de Plinio. Además, tiene la oportunidad de acudir a las fuentes originales y cotejar las colecciones de textos de los Padres de la Iglesia, registros de concilios y cartas papales.

El Cusanstift (Hospital de San Nicolás) es un edificio histórico en
Bernkastel-Kues, Alemania. Fue fundado por Nicolás de Cusa

En 1432 se consagra como sacerdote. En ese mismo año su benefactor, el conde Ulrico de Manderschied, envía a Nicolás al Concilio de Basilea para que lo defendiera, pues había sido excomulgado por el Papa Martín V. Allí percibió Nicolás en toda su dimensión el gravísimo conflicto entre los conciliaristas y los defensores del Pontífice. El Cusano es reconocido allí como un talentoso abogado, opositor al Papa. En 1433 publicó su primera obra, que representa un lúcido esfuerzo para promover la unidad de toda la Iglesia: De Concordantia Catholica.

Si bien en un primer tiempo Nicolás se mostraba partidario de los conciliaristas, que reclaman la superioridad del Concilio sobre el Papa, al reencontrarse con su antiguo profesor y amigo, el cardenal Julián Cesarini, a la sazón Presidente del Concilio, adhirió al partido de los defensores del Papa. Su apoyo sostenido al papa Eugenio IV le valió el nombre de «Hércules de los eugenistas».

Durante el Concilio de Florencia (1437) Nicolás trabajó por la unión de las Iglesias de Oriente y Occidente. Entre 1438 y 1448 desarrolló una importante misión como enviado papal y legado apostólico en Alemania. A fines de 1448 su amigo el Papa Nicolás V (1448) lo nombró cardenal. En enero de 1449 fue designado titular de la iglesia de San Pietro in Vincoli en Roma, sobre cuya nave principal se pueden ver hoy dos grandes vigas que llevan grabado el nombre del cardenal.

En abril de 1450 fue consagrado obispo de Brixen, en el Tirol. Antes de instalarse en su diócesis, aceptó nuevamente el cargo de legado apostólico en Alemania y Bohemia. Una vez en Brixen, en donde vivía desde 1452, Nicolás se enfrentó duramente con el Duque Segismundo, el cual atentó contra su vida y lo obligó a huir a Roma en 1457.

Dos años más tarde fue nombrado Vicario general de asuntos temporales por Pío II y murió en Todi en el año 1464, camino de otra misión apostólica. Su tumba se encuentra en la iglesia de San Pietro in Vincoli, en una nave lateral, presidida por un bajorrelieve que lo representa. La intensa actividad diplomática de Nicolás, sumada a su no menos intensa dedicación pastoral, no impidió que el filósofo abordara a lo largo de su agitada vida temas de profunda inquisición metafísica y espiritual. Su vida refleja una sorprendente unidad entre su concepción especulativa, signada por el problema de lo uno y lo múltiple, y su gestión diplomático-pastoral, tendiente a recuperar la unidad profunda sobre divergencias que parecen insuperables.


[1] En 1414 fue convocado el Concilio de Constanza, que duró hasta 1418. Intentando poner fin al Gran Cisma de la Iglesia Occidental (1378-1417), el Concilio proclamó la superioridad del Concilio General sobre el Papa y en julio de 1415 llevó a la hoguera a la cabeza visible de uno de las principales amenazas heréticas, el sacerdote Juan Huss.

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Jorge Mario Machetta fue Doctor en Teología por la Theologische Fakultät der Friedrich Whilhelms Universität-Bonn. Luego de una larga trayectoria docente, fue nombrado Profesor Emérito de Historia de la Filosofía Medieval en la Universidad de El Salvador de Buenos...

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